miércoles, 21 de diciembre de 2016

Reflexión: Una historia hasta Linux Mint

Fue justo después de unos meses cuándo se originó una falla en el sistema de Compiz que afectaba la interfaz gráfica, cada cierto tiempo Unity colapsaba, lo cual causaba una serie de parpadeos en la pantalla dejándola finalmente en blanco. Luego de escribir unos cuantos comandos en la terminal y esperar días a que llegara una actualización con el parche de corrección, me di por vencido. Había llegado el momento decisivo — ¿Cuál distribución Linux será la siguiente? — debía buscar una distro que se acomodara a mis gustos, empecé dando un vistazo a Red Hat con Fedora, hace unos años la tuve y me sorprendió la velocidad con la que se desempeña en cualquier tarea — la abandoné debido a una falla en los paquetes de red — tal vez merecía una nueva oportunidad pero deseaba algo distinto. Pensé por un momento en Debian, siendo este uno de los SO más robustos que pueden existir, además de ser uno de los más estables… Lo malo es el equipo detrás de aquella distro, de vez en cuando estos tienen discusiones haciendo que el mismo Debian se vaya por otros caminos. Finalmente di con Linux Mint, una distro que desde hace mucho tiempo quería probar y había llegado su hora — éste sería el momento en que tendría instalado Mint sino fuese por el Hacker que modificó el código de este sistema y liberado cientos de copias en todo el mundo. Ya han transcurrido casi dos semanas y creo que Linux Mint ha sido la mejor distro que he instalado en este año — este es mi regalo de Navidad. — Cinammon es atractivo, consume pocos recursos y es muy amigable con el usuario, además ofrece un interesante conjunto de herramientas de personalización. Ahora puedo sacar el máximo partido a todas mis herramientas de desarrollo. Gracias por leer. Espero que te haya gustado y me gustaría saber tu experiencia con alguna distribución Linux. Hasta pronto.

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