lunes, 20 de marzo de 2017

Planeta 21

De repente estaba suspendido en medio de la nada. Millones de puntos brillantes iluminaban la densidad del espacio infinito. Mi cuerpo estaba cubierto por diferentes elementos extraños, al parecer era una especie de traje delgado que repelaba componentes dañinos, su textura era similar a la piel humana. Ese mismo traje me mantenía vivo en todos aquellos sectores del espacio donde un humano podría morir en segundos. — Voltee a ver a la derecha, noto que el planeta Tierra estaba ahí a mi lado, pareciese estar cerca pero realmente estaba a cientos de miles de millas. El tiempo transcurría de manera irregular, era casi imposible percibirlo.

Una fuerza gravitacional a millones de años luz empezó a halar todo, podría tratarse de un agujero negro masivo debido a que hay pocos fenómenos gravitacionales capaces de acumular semejante cantidad de energía, tanta es su fuerza que podría absorber planetas y galaxias enteras.


Empece a recorrer cuerpos celestes a gran velocidad. Al parecer no me encontraba solo, había otras personas en la misma situación, apenas lograba notar sus presencias en medio de la borrosidad del espacio generada por la rapidez. Con eso descubrí que el traje también era capaz de soportar velocidades cercanas a la luz. Aquella fuerza de atracción era cada vez más intensa, tanta era la presión que hasta el mismo traje alcanzo a encogerse un poco, esto significaba una cosa; cada vez estaba más cerca a la fuente.

El ambiente cambiaba constantemente. Toda clase de colores, formas, texturas y luces aparecían aleatoriamente, se trataba de elementos inmersos en sustancias y materiales dentro de galaxias. De alguna manera estos se trastornan a medida que un cuerpo (yo) ajeno los traspasa a velocidades superiores a la luz.

De un instante a otro todo paró. Una vez más estaba suspendido en el espacio, aunque todo alrededor era distinto. Elementos esféricos de colores homogéneos se mantenían a flote uno junto a otro sin tocarse, poseían un tamaño similar a la luna del planeta Tierra. Una luz distante lo suficientemente fuerte iluminaba estos cuerpos celestes, el nivel de detalle con el que se observaba todo era muy singular. Las superficies eran tan lisas que reflejaban la luz.

Había uno diferente al resto, esta esfera estaba completamente cubierta de una especie de gas azulado, y un poco más alejada que las demás.

La velocidad aumento nuevamente. Esta vez era diferente, era como si viajara a través de un túnel de energía.

El viaje fue bastante largo. No sé cuanto tiempo transcurrió pero pareció una eternidad — finalmente termine flotando junto con el resto de pasajeros en un mar de un planeta desconocido. El color del agua era tan claro que se podía mirar el fondo, y el sol emanaba toda su energía sobre este.

Una voz extraña proveniente del cielo habló a lo lejos, dijo: “Este es el Planeta 21”. También explicó lo sucedido; todo pasó debido a un fenómeno cuántico que altero el espacio y tiempo de toda la galaxia Andromeda, causando a su vez un efecto de duplicación de determinados cuerpos celestes, esto significo el nacimiento de una nueva dimensión temporal con características similares ala nuestra. El planeta 21 era la misma tierra de hace unas décadas atrás, exactamente los años setenta.

Lo anterior fue el resultado de un sueño en una sola noche. Un poco alocado pero fue lo suficientemente interesante como para llegar a expresarlo en palabras.

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